Pablo no necesita decir la verdad para conocerla, ni viceversa, quizás puede captarla con mayor certidumbre, sin necesidad de esperar a las palabras y sin siquiera tenerlas mínimamente en cuenta, en mil señales externas e incluso en determinados fenómenos invisibles, que son, en el mundo de los caracteres, lo mismo que los cambios atmosféricos en la naturaleza física. Acaso puede sospecharla, pues él mismo, a la sazón, suele decir a menudo cosas totalmente ajenas a la verdad, mientras la da a conocer mediante tantísimas confidencias involuntarias de su cuerpo y de sus actos.
https://elpuntociegosite.wordpress.com/
Colaboraciones: