Joder con el arte. Yo de joven me la he pelado con algunas obras, porque la historia del arte tiene mucho que ofrecer cuando hablamos de sexo. De ahí el (1) del título: sé que acabará siendo un tema cíclico al que recurriré una y otra vez.
Dos entradas y las dos comienzan por “joder”. Esto va viento en popa.
Estoy seguro que fue la inspiración sexual la que acabó haciendo artistas que de otro modo no lo hubieran sido. No es el caso de Velázquez, El Puto Amo, con su Venus del espejo, una de las pinturas más sensuales de la historia. Antaño, cuando no existía Internet pero tenías una enciclopedia en casa, bien podías pelártela con esta gran obra, y encima parecía que estabas estudiando. No sigo.
Obra, por cierto, inspirada en La hermafrodita durmiente, que es la representación del hijo de Hermes y Afrodita: de hecho el cuerpo es completamente femenino, magnífico, como podéis comprobar, salvo por el rabo. Recomiendo ir a Google y buscar fotos de esta gran obra desde distintos ángulos para disfrutar la perfección de ese culo. Bernini esculpió la cama sobre la que yace esta reproducción, que no es original sino una copia romana de un original griego: el maestro hace que la piedra parezca viscoelástica. Daría un brazo si analizan la zona baja de la espalda y no encuentran en el mármol restos de semen de los propietarios que ha tenido a lo largo de la historia, porque el culo es perfecto, y los hombres unos pajilleiros.
Pero donde quiero llegar es a la Venus de Willendorf : una obra del paleolítico que me fascina. Hace 20.000 años, cuando tampoco había Internet, un pollo con pocos medios agarra una piedra y hace eso. La representación de su deseo. Una mamma, una máquina de parir. Si este tipo hubiera nacido en 1980 hubiera colgado en la pared de su dormitorio un poster de Samantha Fox o de Sabrina; pero lo que se llevaba por aquellos tiempos era esto. Mi gusto respecto a las mujeres es opuesto al del artista, pero comprendo perfectamente su pasión. Tengo un amigo al que, mujer que le gusta a él, a mí no me pone y viceversa, nunca nos gusta a los dos la misma, y eso que somos de la misma generación. Si le entiendo a él, como no voy a entender a este homínido. La Venus de Willendorf siempre me ha llamado la atención porque, aunque no coincida con mi gusto, siento que el escultor sabía lo que quería, y era un animal sexual. Su obra es su pasión. Un follador, y un artista. Un jran onvre y un gran legado.
Otra obra (clásica, pero no tanto) que me fascina es la Dama de Elche. Qué belleza. El escultor tenía que estar enamorado a la fuerza para hacer algo así. De frente es horrorosa, pero según vas girando aparece el premio gordo. Un perfil impecable. Qué saber estar, que serenidad. Me la tiraba pero sin rulos.
Venga, que os follen.
Doctor Amor ©