Sexo. Tenía que tocarme a mí. Me llaman y me ofrecen escribir en un fanzine. Ingenuo, pensé que lo hicieron por mi inteligencia o por mi esmerada forma de escribir: una polla como una olla. Igual pensaron que por mi condición de soltero, que ya no cumplirá los 30, creen que he follado mucho, jajajaja, malditos ingenuos. Sólo lo normal. Sospecho que en el fondo me escogieron para escribir esta columna debido a mi lenguaje soez y directo. Ser vehemente y berrear a los cuatro vientos cultismos como “¡joder! ¡cojones! ¡me cago en la puta! ¡Esto es un puto coñazo, estoy hasta los huevosss!” durante tu jornada laboral (y también fuera de ella) no te convierte en alguien con capacidad de tratar sobre sexo. Pero lo intentaré. La finalidad de esto es divertirse, como el sexo. Cualquier otra meta es desvirtuar el acto. Ambos.
Si lo piensas bien, dudo que a los lectores de un fanzine, que ya serán pocos, les interese demasiado leer las soplapolleces y anécdotas sexuales de un soltero hetero de 30 y pico, a menos que sean burradas o tragedias, y no es el caso. Llevamos leyendo literatura hetero desde hace siglos. En el cine pasa lo mismo. Por eso mismo preferiría conocer el punto de vista de un marica, de una lesbi o de una hetero. El sexo de un señor hetero de mi generación no es más que “u-i-u-a-a-pim-pam-toma lacasitos“, algo completamente mecánico. Follemos, chúpamela, el centro soy yo. El sexo de un varón hetero es algo conocido por todos, no tiene ningún misterio. Del único sexo sobre el que se ha permitido tratar desde hace siglos es el de siempre, el punto de vista del “macho”. ¿Qué puedo aportar yo? Nada. Sólo Cachondeo. Esa es mi meta.
Sexo. Joder. Seguro que al resto de colaboradores de este fanzine les ha tocado escribir sobre temas menos comprometidos: fúrbol, toros, cocina, tecnología, política… a los más listos puede que les endiñasen moda o arte. Lo malo del sexo es que probablemente genera más expectativas. No sé cómo me han convencido. Ah, sí, ya recuerdo. Me comentaron que este fanzine en su momento se entregaba en papel ¡cosido a mano! Y a mí estas cosas artesanales hechas a mano me ponen, pero mucho.
No esperéis carnaza. No os la daré. Para eso os recomiendo que os leáis “Las edades de Lulú” pero no en el retrete, lo que podría alterar vuestras necesidades fisiológicas en ese momento consuetudinario pero a la vez tan importante. Aquí se va a tratar de la importancia del sexo en el día a día, en la sociedad, en la publicidad, en el arte… cómo se nos manipula, cómo lo usan para llama nuestra atención. Lo llevamos en la piel desde la infancia. Qué gran arma el sexo. Peligrosa en manos inapropiadas, cuánto daño ha causado…
Esto es todo, de momento. Al que no le guste, ya sabe: a mamarla. Nos vemos…
Doctor Amor ©
10 años ago ·
Me pasas a una buena puta asi del tipo de las de las fotos esas