La Pelota entrevista hoy a Hugo Clemente (Salamanca, 1973). Hugo es o ha sido cantante y letrista (Hiperkorë, Tut´n C´mons), orientador laboral en un programa de metadona, monitor de snowboard, auxiliar de vuelo, psicólogo social y basurero nocturno. Ha vivido en Zaragoza, Madrid, Sacramento, Oregón, Granada, Benasque, Barcelona y ha acabado en Tenerife dónde casi siempre hay olas. Escribe por no hacer algo más grave y colabora o ha colaborado con Mondo Sonoro Canarias, Calviva, Linkedmag, El Bombero Corrupto, La Pelota Que Se Va y alimenta su blog: ¡No toques nada!
Debuta con Cuaderno de Agua, la primera referencia de narrativa en Canalla Ediciones (Madrid, 2012)
¡No toques nada!: http://hugoclemente.wordpress.com/
Cuaderno de agua: http://facebook.com/Cuadernodeagua
Canalla Ediciones: http://canallaediciones.com
Ha publicado también en la colección PervertiDos (Ediciones Traspiés, Granada, 2012, Publicación de concurso microrrelato erótico), LuchaLibro-El libro de los finalistas (Baile del Sol. Tenerife, 2012)
Nombre, pseudónimo y apelativo cariñoso, por favor.
Hugo Clemente, antes me llamaban Sugus porque se parece. También Jugo, Higo y Oruga. Y mi familia, cuando van a hacer daño, utilizan mi segundo y tercer nombre de pila.
¿A qué edad hiciste la comunión? ¿La hiciste de marinero?
La hice a los 9, como todo hijo de vecino, ¿no?
En casa lo de marinero era considerado una horterada, así que me pusieron corbata oscura, camisa blanca, jersey de pico y un crucifijo por fuera. Bermudas de franela con calcetines negros y mocasines. Muy digno, sí. La hice con 40 y medio de fiebre, mi madre al verme sudando y diciendo incongruencias en la cama, y ante la posibilidad de que fuera un brote demoníaco, me enchufó todo tipo de medicamentos por distintas vías.
Es el primer recuerdo lisérgico que tengo.
¿Te sientes parte de una generación? ¿Te sientes parte de algo en concreto?
No, ni de mi generación ni casi, casi, de nada. Siempre me he sentido un poco fuera de los lugares en los que estaba. He tocado en una banda, pero no encajábamos bien en ninguna etiqueta (excepto la de punk marinero que nos pusieron una vez y nos encantó), he trabajado empaquetando yo-yo´s sin tener verdadera vocación, he sido auxiliar de vuelo durante 6 años y aún me pregunto como fue posible, y así sucesivamente. Ahora vivo en Canarias y sigo teniendo acento de godo, lo que no suele facilitar las cosas. Surfeo pero me sobra casi todo el tinglado y la pose que hay alrededor del surf. Escribo, pero creo que hay que quitarle solemnidad a la literatura. Ni salvo vidas, ni aspiro a cambiar la cultura occidental tal y como la conocemos hoy. Lo de mi generación me suena más a canción de The Who que a otra cosa. Estoy muy a gusto así, ojo.
¿Cambiarías algo de lo vivido por tu generación? Por ejemplo, ¿cambiarías a Miliki por otra persona?
Cambiaría a Enrique por Ana. Quiero decir, que me hubiera encantado perderle la pista a él, y ver como Ana se hacía mayor, tenía hijos, se divorciaba o acababa viviendo en un coche abandonado. Creo que Miliki ya tiene bastante con parecerse cada vez más a Fernández Toxo.
¿Quién es la persona más extraña en la que has pensado alguna vez (o siempre) al masturbarte?
En mí siempre, obvio. Y siempre acompañado de infinidad de mujeres hermosas, dispuestas e insaciables. Lo de la imaginación es estupendo.
Que te acuerdes, ¿qué es lo primero que escribiste? Datos, datos…
Lo primero que recuerdo es una especie de manual de animales y unos informes de detective que escribí con la máquina de mi abuelo. Recuerdo que me quedaba alelado con el sonido del metal tintado contra el papel. Cuando me equivocaba volvía a mecanografiarlo todo. Hace poco mi madre encontró un cuento que escribí para el cole con 6 o 7 años. Es de castillos y princesas, y el caballero antes de la mitad del texto, se enrola en un barco pirata con armadura y todo, olvidándose del dragón y la princesa.
En tu relación con La Pelota, ¿qué te consideras, activo o pasivo?
Reconozco que bastante pasivo. Me gustaría tocar mas la pelota, pero aparte de que en la redacción son unos chupones, ando metido en demasiadas cosas. Prometo entregar algo en breve.
El Pelotari, ¿crees que nace o se hace?
Nace. Los callos de las manos son los que se hacen.
¿Tú por qué escribes?¿Crees que existe algún tipo de redención en el acto de escribir?
Pues no lo sé. Escribo cuando estoy jodido y también cuando estoy contento. Porque es de las cosas que más me gustan hacer. Me gusta hasta la acción física de estar sentado tecleando en un ordenador o una máquina (¡¡acabo de heredar una Imperial de los años 30!!), o garabatear en un cuaderno.
Porque pierdo la noción del tiempo, por no hacer algo peor, porque las palabras son unas criaturas fascinantes, que casi siempre hacen lo que les da la gana, y porque cuando un texto empieza a tomar forma se producen respuestas fisiológicas en mi organismo que no me suceden con casi ninguna otra cosa.
¿Cuántas veces has dicho ya eso de “Yo he venido aquí a hablar de mi libro”?
Pues no demasiadas, lo suelen decir los demás. Es como cuando alguien me llama Jugo, al de la ocurrencia suele hacerle muchísima gracia. Pero si hay que pegar un puñetazo encima de la mesa, se pega.
Además de los millones de euros conseguidos por escribir “Cuaderno de agua”, ¿qué es aquello que te ha reportado mayor satisfacción al escribir el libro?
Aunque he sacado algo de dinero con Cuaderno de Agua, para sorpresa de todos, ya sé que necesito un trabajo que me pague las facturas, la gasolina y todas esas cosas. Lo que me ha dado Cuaderno de Agua va por otro lado. Me ha hecho feliz, pero no como en una foto de perfil de Facebook, sino feliz por las tripas. Me ha enseñado mucho, y todavía, dos años después sigo sorprendiéndome de la energía tan grande que tiene. Va por su segunda edición, he enviado ejemplares por Europa, me lo piden en Chile y Argentina y me llegan comentarios de piel de gallina de gente que lo ha leído (algunos hasta dos veces, o eso dicen). Ha sido, y sigue siendo, una experiencia tan increíble, que llevo una foto tamaño carné de la portada en mi cartera.
El hecho de publicar el libro, ¿te ha servido para marcar un antes y un después en tu relación con los demás, en el sentido de explicar a qué te dedicas y qué es lo que haces en este mundo?
Yo creí que se iba a producir un fenómeno groupie, pero no ha sido así. Sí es verdad que se me llena la boca cuando me doy el gustazo de decir que soy escritor.
En según que círculos no es muy recomendable, te miran con conmiseración, y hasta una vez me dieron medio bocadillo para que me llevara a casa, que les había sobrado de una excursión. No me importa, lo digo, sonrío y si huele bien, me suelo llevar el bocata.
Cuando has corregido el libro, antes de publicarlo, antes de imprimirlo, ¿en la piel de quién te ponías, en quién pensabas más leyendo las palabras que tú habías creado? ¿A quién escuchabas dentro de tu cabeza, leyendo tus textos?
Bufffff, a muchos y a nadie. Pensé en varias personas muy concretas a la hora de hacer la última corrección de ciertas partes. Después los usaba en otras partes. Pensé mucho en escribir algo que a mí me gustaría leer, eso sí lo tuve bastante presente todo el rato.
Pero al que más agradezco y más odio haberle hecho caso fue a Dani, amigo, lector de confianza y disfrutón de primera, que aún no se si lo dijo sólo por joder, pero me dijo que la Stassi corregía documentos en habitáculos diminutos de atrás hacia delante, así se perdía la intención de las frases, el ritmo o la estructura y se detectaban enseguida las erratas. Yo por supuesto le hice caso y me leí Cuaderno de atrás hacia delante palabra por palabra. Fueron varios días con agujetas en las corneas, pero funcionó bastante bien.
Sobre la base de la canción de “Mi barba tiene tres pelos”, ¿qué canción compondrías?. Danos el título y dos o tres líneas más.
Mi calma tiene 3 bledos
3 bledos tiene mi calma
si no me importara 3 bledos
tendría problemas de karma.
El título sería algo así como: Paulo Coehlo must be destroyed, aunque sigo trabajando en él.
Sabemos que estás colaborando y escribiendo algo para la gran pantalla, además de tu aparición en “Fast and Furious 6”. ¿Te ves escribiendo para el cine o para la TV? ¿Qué harías en la gala de los Óscar si te hacen subir al escenario?
Bueno lo que hice en esa y otras pelis fue trabajar para el departamento de arte, o producción, que consiste en conducir furgonetas, conseguir cosas imposibles en tiempo record, vaciar contenedores de mercancías y limpiar el alquitrán de la carretera hasta dejarla sin un sólo cristal o marcas de ruedas cada vez que se corta una toma de coches chocando para repetirla. A mi me encanta.
He escrito dos guiones para cortos y ahora estoy con un texto para una video creación, me atraen mucho los códigos de la imagen.
Sobre lo de los Oscar supongo que alquilarme un smoking, hacer todo lo posible para no subirme sobrio y mientras se crea expectación con el nombre que contiene el sobre, lo cogería al descuido y me lo comería masticando minuciosamente.
¿Ves la TV? Si ves alguna serie actual, ¿cuál te hubiera gustado escribir a ti?
No tengo tele, pero tengo internet, veo bastantes pelis y algunas series. Sería increíble haber escrito Black Mirror, de arriba abajo. Es brutal; Y haber estado en cualquier parte del proceso de Mad Men que implicara a Cristina Hendricks de una manera o de otra.
¿Qué haces ahora, además de enseñar a escribir? ¿Qué proyectos tienes en mente? ¿Otra novela?
Soy coordinador en la Escuela Canaria de Creación Literaria, y aunque en un par de semanas voy a dar mis primeras clases (de lectura), allí lo que hago es, sobre todo, comunicación, organización y gestión de la escuela. Sí que he dado algunos talleres en otros lugares. Creo que conocer ciertas técnicas y analizar distintas formas de escribir es muy útil, pero el aprendizaje es un proceso totalmente individual. Enseñar a escribir me suena un poco presuntuoso.
Estoy liado con mil proyectos, para variar: segunda novela, un poemario autocombustible, un falso documental sobre Hiperkorë, (grupo de Hardcore-punk en el que perdí mi tiempo maravillosamente durante 12 años), contenidos para Pildora Sonora, un programa de radio con especiales monotemáticos, un prólogo para el poemario de un amigo (que es una bomba), una corrección de un texto para teatro, yo que sé… Es lo que tiene vivir sin tele en casa.
¿Te han incomodado las preguntas? ¿Te las esperabas más duras?
Me las esperaba mucho peores, revulsivas y sonrojantes, a ver si nos esforzamos un poquito.
Muchas gracias.